
Ángel Colomina reconoce a Colombia como el destino adecuado para la conferencia Emtech. / Cortesía
En mayo, Medellín será anfitriona del Emtech Colombia 2015, el encuentro con lo último en tecnología que reunirá a cerca de 800 miembros de la academia y el sector público y el privado, organizado por la MIT Technology Review en español.
Ángel Colomina, de origen español y director adjunto de la publicación, dice que por el buen momento económico y el caldo de cultivo para emprendedores que ofrece el país, este es un destino para traer, entre otras cosas, las 10 tecnologías más disruptivas de 2015, publicadas ayer por la revista.
La idea es aterrizar los últimos avances, que tengan aplicación local y que, en sus palabras, se vuelvan “aspiracionales” para nacientes ideas de negocio. Compartió con El Espectador algunas de sus ideas sobre lo que significa hoy la tecnología.
No son cuestiones incompatibles. En el concurso en el que reconocemos a los innovadores menores de 35 damos dos consideraciones especiales: innovador del año e innovador social del año. No riñe querer ser un centro de generación de tecnología y buscar que parte de las aplicaciones de esa tecnología resuelva problemáticas sociales.
¿Todas las ciudades deberían tener un vicealcalde TIC?
El concepto de smart city, que era muy lejano, está poniendo de manifiesto que el uso de la tecnología en el día a día de las ciudades es crítico, desde un punto de vista medioambiental, de movilidad y de prestación de servicios. Es ineludible que en el plan de urbanismo se considere el asesoramiento de expertos en smart cities de grandes urbes.
¿Qué opina de la decisión de algunos de mantenerse al margen de la tecnología?
Esa postura no es sostenible. Respeto la posición de las personas que se resisten a llevar un celular encima porque piensan que eso las obliga a estar conectadas de forma permanente. Las invitaría a que reflexionen sobre el coste de oportunidad que tiene para ellas no estar conectadas y no tener acceso a la cantidad de aplicaciones que un smartphone supondría, por ejemplo en Bogotá, con los problemas de tráfico que tiene. Hay que tener en cuenta que año a año la tecnología duplica su potencia y reduce por dos su precio. Es una curva exponencial. Creo que uno tiene que ir adaptando la tecnología a lo que le conviene. No creo que ponerse de espalda sea la opción.
En una encuesta hecha por este grupo de medios, casi la mitad de la gente dijo que la estresa la tecnología. ¿Por qué cree que pasa eso?
Sin duda, por la rapidez con la que la tecnología se está metiendo en nuestras vidas. Hay que considerar distintos segmentos de población, entendiendo en Colombia los estratos. Unos han tenido acceso a la tecnología desde hace poco tiempo. La rapidez con que evoluciona no sé si produce estrés o desconcierto. En cualquier caso sorprende.
¿Colombia debe o no ser el Silicon Valley latino?
No son cuestiones incompatibles. En el concurso en el que reconocemos a los innovadores menores de 35 damos dos consideraciones especiales: innovador del año e innovador social del año. No riñe querer ser un centro de generación de tecnología y buscar que parte de las aplicaciones de esa tecnología resuelva problemáticas sociales.
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